El gobernador Axel Kicillof fue el gran protagonista de la jornada electoral en la provincia de Buenos Aires. Con una diferencia de 13 puntos sobre La Libertad Avanza, el mandatario no solo aseguró el triunfo de Fuerza Patria, sino que se consolidó como la principal figura de referencia dentro del peronismo a nivel nacional.
“Esperábamos ganar, pero no por esta diferencia”, reconocieron desde su entorno. La decisión de desdoblar las elecciones —tomada en abril y discutida internamente en su momento— terminó validándose como una jugada política acertada que le permitió al peronismo capitalizar al máximo su estructura en el territorio más poblado del país.
La victoria tuvo un fuerte componente territorial: los intendentes del conurbano garantizaron amplias diferencias en municipios clave como La Matanza, Quilmes, Almirante Brown y Ensenada. El apoyo de la militancia, el acompañamiento de Sergio Massa, la presencia de referentes de La Cámpora y la cúpula sindical de la CGT reforzaron el armado provincial.
En su discurso, Kicillof envió un mensaje directo al presidente Javier Milei:
“Este resultado demuestra que hay otro camino posible. Milei va a tener que rectificar el rumbo y convocar al diálogo”.
La magnitud del triunfo no solo le otorga más poder legislativo dentro de la provincia —al recuperar el quórum propio en el Senado y sumar bancas en Diputados—, sino que también lo posiciona como un actor central de cara al futuro del peronismo.
La liturgia del festejo incluyó música, pantallas gigantes, fuegos artificiales y un escenario preparado para la ocasión. La militancia no dudó en corear: “Es para Axel, la conducción”, dejando entrever el papel que sus seguidores esperan que cumpla en la reconstrucción del movimiento.
Con este resultado, el peronismo bonaerense volvió a ganar una elección legislativa en la provincia después de 21 años, reforzando la figura de Kicillof como potencial candidato con proyección nacional hacia 2027.