El ámbito de la seguridad pública continúa evolucionando con la introducción de nuevas tecnologías y tácticas para mejorar la eficacia y reducir los riesgos tanto para los agentes como para el público en general. En esta línea, el Ministerio de Seguridad de Argentina ha anunciado la incorporación de un nuevo tipo de armamento para la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA): las pistolas de aire comprimido Byrna.
Estas pistolas, fabricadas con la última tecnología en armamento no letal, representan una alternativa innovadora en el campo de la seguridad pública. Según las fuentes de Ecommur, las pistolas de aire comprimido están ganando popularidad tanto en el ámbito civil como en las fuerzas de seguridad y defensa de varios países. Esto se debe a su menor costo de adquisición, su mantenimiento más económico y su baja o nula letalidad.
Las pistolas Byrna son armas de aire comprimido que lanzan postas de goma cargadas con distintas sustancias, ofreciendo un alcance de hasta 20 metros. Aunque no son armas de fuego en el sentido tradicional, estas armas pueden infligir daño y ser utilizadas para inmovilizar y aturdir a personas en situaciones de riesgo o disturbios.
Uno de los aspectos destacados de estas pistolas es su capacidad para cargar postas de goma con gas pimienta en su interior. Al ser disparadas contra una persona, estas postas pueden provocar irritación, dificultades respiratorias y otros efectos nocivos, lo que permite a los agentes controlar una situación sin recurrir a métodos más violentos o letales.
Comparadas con otras opciones de armamento no letal, como las controvertidas Taser, las pistolas eléctricas, las Byrna presentan un riesgo menor para los individuos involucrados en un enfrentamiento. Además, su funcionamiento con aire comprimido y cartuchos desechables de gas CO2 las hace más versátiles y fáciles de usar en el campo.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que esta tecnología no está exenta de desafíos y consideraciones. El alto costo de mantenimiento de estas pistolas, con cada tanque de CO2 rondando los 40 mil pesos y teniendo una duración de al menos 60 disparos, plantea interrogantes sobre la sostenibilidad financiera a largo plazo de su implementación.
Además, el uso de armamento no letal no elimina por completo el riesgo de lesiones o abusos, por lo que es fundamental que su aplicación esté acompañada de protocolos claros y entrenamiento adecuado para los agentes encargados de utilizar estas armas en el terreno.
En conclusión, la incorporación de pistolas de aire comprimido Byrna por parte del Ministerio de Seguridad de Argentina para la Policía de Seguridad Aeroportuaria representa un paso adelante en la modernización y diversificación del arsenal de las fuerzas de seguridad del país. Sin embargo, es necesario continuar evaluando su eficacia y sus implicaciones éticas y operativas para garantizar su uso adecuado y responsable en la protección de la ciudadanía y el mantenimiento del orden público.