Caída de mercados y presión interna: por qué Trump frenó su guerra comercial

Estados Unidos y China acordaron una tregua de 90 días tras advertencias de una posible crisis global. Inversores, funcionarios y gobernadores influyeron en la decisión del presidente.

La tensión comercial entre Estados Unidos y China pareció dar un respiro esta semana, luego de que el presidente norteamericano Donald Trump aceptara pausar por 90 días la aplicación de nuevos aranceles. La decisión no fue fruto de una concesión directa, sino el resultado de múltiples presiones internas y una fuerte reacción de los mercados globales.

Todo se aceleró el domingo 6 de abril, durante un vuelo presidencial entre Palm Beach y la Base Andrews. A bordo del Air Force One, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, advirtió a Trump sobre el inminente “lunes negro” que se avecinaba en los mercados internacionales. Si bien el presidente ya había anunciado la suba de aranceles, Bessent le sugirió iniciar negociaciones con aliados clave para contener los efectos colaterales.

Trump, inicialmente firme en su postura, comenzó a escuchar otras voces de peso dentro de su administración. Una de ellas fue Susie Wiles, jefa de Gabinete y figura de confianza del presidente, quien recibió una ola de llamados de legisladores, empresarios e incluso gobernadores, todos preocupados por el impacto que la guerra comercial podría tener en la economía global y en la imagen del propio Trump.

El secretario de Comercio, Howard Lutnick, y Jamieson Greer, titular de la Oficina del Representante Comercial, también elevaron sus advertencias, transmitiendo el creciente malestar de Wall Street, donde los principales índices caían en picada.

La tregua, de carácter temporal, busca generar un espacio para renegociar los términos del comercio entre las dos potencias sin seguir perjudicando a los mercados. Si bien la medida fue celebrada en distintos sectores, muchos observan con cautela su sostenibilidad a largo plazo.

Para la Argentina y otros países en desarrollo, el freno a la escalada arancelaria representa un alivio momentáneo: las tensiones entre Estados Unidos y China repercuten en el comercio internacional, los precios de los commodities y el flujo de inversiones.