El Superclásico entre Boca y River, previsto para el fin de semana del 9 de noviembre en la Bombonera, ya empieza a jugarse fuera de la cancha. Ambos equipos llegan a la recta final del Torneo Clausura con varios futbolistas al borde de la suspensión.
En Boca, uno de los que deberá tener especial cuidado es Leandro Paredes, referente del plantel y pieza clave en el mediocampo. El campeón del mundo acumula cuatro amarillas y, en caso de recibir una más, se perdería su primer clásico desde su regreso al club. Su última tarjeta llegó en el partido ante Belgrano, tras una discusión con Lucas Passerini, lo que encendió las alarmas en el cuerpo técnico.
Otro que también se encuentra al límite es Lautaro Di Lollo, quien comparte la misma situación que Paredes. Boca necesita contar con todos sus titulares en una serie de encuentros decisivos, tanto por el Torneo Clausura como por la pelea por ingresar a la Copa Libertadores 2026 a través de la tabla anual.
En River, la preocupación pasa por la defensa. Lucas Martínez Quarta y Lautaro Rivero también suman cuatro amarillas y vienen siendo los titulares en la zaga central. En el último encuentro ante Talleres, ambos fueron amonestados y quedaron al borde de la suspensión. Si alguno ve la quinta tarjeta, no podrá estar presente en el Superclásico.
El duelo frente a Gimnasia, por la fecha 14, será clave para el equipo de Marcelo Gallardo, que además pelea por avanzar en la Copa Argentina y asegurar su clasificación a la próxima Libertadores.
En un contexto donde cada punto y cada tarjeta pueden ser determinantes, tanto Boca como River saben que una mínima distracción puede cambiar el rumbo antes del partido más importante del fútbol argentino.